¿Sabías que te hablas a ti mismo durante todo el día?
No la plática mental sobre tus actividades y tareas que necesitas recordar a lo largo del día, esa también es una forma de hablarnos a nosotros mismos, a lo que me refiero a las cosas que te dices a ti mismo regularmente, y más importante todavía, al tono que utilizas para hacerlo.
Cuando cometes un error ¿te regañas con enojo? ¿Te deprimes o te llamas nombres insultantes? Cuando tienes dificultad en hacer cambios positivos en tu vida ¿te lamentas de lo inútil que eres y llegas a la conclusión de que nunca harás algo bien? Es por esta razón que tienes problemas de autoestima.
Lo que te digas a ti mismo puede ser increíblemente dañino para tu autoestima, especialmente si es una gran parte de tu vida diaria que lo estás haciendo, porque son hábitos que hemos adquirido. Cuando continuas diciéndote esas cosas, la repetición hará que eventualmente te las llegues a creer. La mayoría de estos mensajes comienzan en tu vida con las afirmaciones declaradas por los adultos, cuando eras niño. Es posible que ellos hayan dicho algo negativo acerca de ti cuando tus acciones les disgustaron, o quizás ellos tenían el hábito de decir cosas desagradables aún cuando no te las merecieras. Tan penosas como hayan podido ser estas experiencias, es aún peor, que tú continuas el trabajo donde ellos lo dejaron y te mantengas diciéndote los mismos mensajes negativos una y otra vez, como un hábito, disminuyendo así día a día tu autoestima.
La buena noticia es que tú puedes cambiar tu diálogo interno en el momento que tú quieras. Tu puedes cambiar tus hábitos. Solamente tienes que mantenerte atento del tono de tus mensajes y reemplazarlos conscientemente con otros más alentadores, para que con la práctica, puedas aumentar tu autoestima y sentirte mejor contigo mismo.